Ahora,
como tiempo,
empieza el espectáculo
de dinamitas que no explotan,
de preámbulos a un entierro,
de las vueltas que doy para llegar a tu esquina.
Y ahora de nuevo,
pero como intento,
se me apaga la madrugada.
El día menos pensado,
te pienso en pasado
y lo que pasa
es que nunca paso de la raya.
Después de pensar
viene odiarse,
con todos los instantes circulares.
Lo mejor de la historia
es no empezarla
y sé que serías
un teléfono que me aprendería,
u otra calzada alejada
donde los coches acaban.
De niños nunca pensamos
en las consecuencias.
De niños nunca sufrimos
como ahora.
Brutal entrada maestro!!
ResponderEliminarCuando las madrugadas se apagan no se que aceras nos quedan por caminar ni que bares podemos conquistar... pero sé que después de niños los miedos y los problemas crecen a la par, a nuestro mismo ritmo!!
Un abrazo cargado de sueños!!
Madrugadas que se apagan, bonitas.
ResponderEliminardel tiempo que tarda uno en darse cuenta de las cosas... =)
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